Para los oportunistas del valle, los pobretones de las montañas no cuentan

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Por Natanael Santos

Que pena que quien ha salido a defender la no pertinencia de la realización del estudio de impacto ambiental para la potencial explotación de “Los Romeros” en San Juan de la Maguana, haya sido su excelso y honorable senador, el cual lejos de ser un protector del medio ambiente, por su profesión y vocación, está más vinculado a las graseras
que a la protección del ambiente, es decir, es o ha sido dueño de graseras, principales depredadores del ambiente, en la República Dominicana. Por lo que, pregunto a los enemigos del estudio, ¿Por qué no buscar un interlocutor mas potable para esta causa, que no sea uno vinculado a las graseras?

Los enemigos de que se realice el estudio de impacto ambiental para evaluar la factibilidad o no de esa explotación, tienen miedo a que este resulte factible y ellos no sean los más beneficiados de la misma, ya que están acostumbrados a que todos los gobiernos y todos los proyectos que hasta la fecha se han ejecutado en la zona, sean para su estricto beneficio personal.

Los enemigos del estudio, no están a costumbrados a que los proyectos puedan beneficiar a comunidades o a los más pobres, como en este caso pudiera ser, respecto a los habitantes de las montañas.

Esos pobretones a los cuales ellos nunca han tomado en cuenta, muy a pesar de ser los que cuidan las muy pocas áreas que cuentan con cobertura boscosa en esa zona, para que ellos puedan contar con agua para riego y puedan producir en el valle, ellos nunca se han empeñado
en que se realice o ejecute un plan de siembra de especies forestales o agroforestales en esas montañas y, estoy seguro que, salvo muy raras excepciones, la gran mayoría de ellos, no han sembrado un solo árbol en esa zona, ni de manera simbólica siquiera, incluyendo al “Honorable”.

Los agricultores del valle de San Juan por décadas han sido los grandes beneficiarios de los proyectos que ejecutan los gobiernos en esta provincia, para solo mencionar uno: El PRODAS, que construyó kilómetros de canaletas Inter-parcelarias y caminos, canales de riego, para beneficiar los predios de los connotados agricultores del valle de San Juan, la inversión en las montañas de ese proyecto fue más simbólica que real, apenas se sembraron algunas pequeñas áreas con especies forestales para llenar los requisitos, ante el organismo multilateral de financiación del proyecto, plantas que por descuido y falta de supervisión efectiva del Ministerio de Medio Ambiente, en su mayoría han sido eliminadas por el conuquismo y la agricultura de subsistencia
que se lleva a cabo desde siempre en esa zona.

Ellos no se interesaron en colaborar con el gobierno pasado cuanto decidió, casi al cierre, ejecutar un proyecto de reforestación que es interesante y oportuno, pero es de muy corto alcance, y gracias a la visión del presidente Luis Abinader, ha continuado. El ya famoso Plan San Juan, al cual el insigne senador hizo referencia, no incluye acciones
importantes en la zona montañosa, es también, para beneficio, principalmente, de los de siempre, los productores del valle.


Haciendo un balance de los últimos beneficios recibidos, en el valle también se han realizado y se realizan grandes inversiones en mejoramiento de la infraestructura de producción agrícola, mediante la implementación de un sistemas de nivelación, que eficientiza el manejo de suelo y agua en los predios agrícolas de dichos agricultores, y han sido beneficiados con inversiones como préstamos blandos, compra de los excesos de producción, condonación de deudas con el Banco Agrícola, donación o subsidio de fertilizantes, preparación o roturación terrenos gratuitamente, en fin, de muchas maneras. Por otro lado, en las montañas nada de eso sucede, muy a pesar de las excelentes condiciones agro- climatológicas que existen en la zona para apoyar la producción de proyectos que diversifiquen la producción, como ha sucedido en otras zonas del país, ejemplo, la producción de fresas en San José de Ocoa, aumentar la disposición de áreas para plantaciones de
café, producto que actualmente es de una elevada rentabilidad, etc.

Y me hago la pregunta: ¿Pero y los de la montaña para cuándo? ¿No son merecedores de una oportunidad, ni siquiera de que se evalúe la factibilidad o no de un
proyecto que pudiera beneficiarles?


Si es cierto que, la posible explotación se puede realizar de manera ambientalmente sostenible, soterrada o tunelada, que no se usarán químicos contaminantes, que no se hará a cielo abierto, que construirán una carretera de altísima calidad para tener acceso a esas serranías, lo que facilitaría la siembra de esas desforestadas montañas, porque
dentro de las mentiras que se han esgrimido esta que, en esa zona se va a desforestar, no sabiendo que la cobertura boscosa de esa zona es muy precaria, y que una buena vía de acceso podría contribuir a que las mismas se puedan plantar con especies forestales, o facilitar la llegada
oportuna para actuar en caso de que ocurra -como sucede con frecuencia- incendios forestales.

Los profetas de la fatalidad ambiental y de la ficción, los anti-estudio, que asustan a la población con la incertidumbre de la posible contaminación de las aguas y la reducción del flujo de las mismas, se niegan a saber la verdad que pudiera resultar del estudio. No dicen, sabiéndolo, que el Ministerio de Medio Ambiente es que establece unos términos de referencia, sobre los cuales se obliga a la empresa a explicar
cómo resolvería los problemas de posibles daños al ambiente, y es ese mismo ministerio que establece, bajo cuales condiciones se explotaría y la forma que se ha de mitigar cualquier impacto negativo que se pueda
generar con la explotación, al redactar la resolución aprobatoria de la misma.

Pero hablemos de las comunidades, los caminos de accesos a esas comunidades están en pésimo estado, la población de esas montañas está sumida en la pobreza, los rubros que se siembran son de muy baja rentabilidad, no existen servicios eficientes de educación y los de salud son nulos, al igual que la comunicación telefónica y digital.

Que pena que los pobretones agricultores de esas montañas, no hayan corrido con la misma suerte del honorable señor senador, para llegar a enriquecerse. ¿No será posible que esas comunidades puedan albergar la esperanza de un cambio de vida? ¿No es posible que los 18 distritos y los 6 municipios de la Provincia de San Juan, puedan poner condiciones de sostenibilidad ambiental y al mismo tiempo realizar mejoras importantes, con los recursos que la ley
obliga a la empresa a entregar a esos municipios y distritos?
Los pobretones de la montaña merecen que se estudie si es factible o no, que con la explotación sus condiciones de vida cambien y los servicios que históricamente les han negado, les puedan llegar.

El miedo no es la opción, el estudio de impacto sí.
El país sabe que el señor senador es un modelo de existo y
emprendurismo, que tiene todos sus problemas económicos resueltos, los pobretones de la montaña, no. Para decirlo en un lenguaje más actual, los que se han convertido en Popis, a golpe de facilidades conseguidas muchas a veces con chantajes u oportunismo y, pagadas con impuestos que todos aportamos, no quieren que los wawawa de la loma,
tengan un golpe de suerte para salir de la pobreza.


Así que, Honorable, dele el chance a los lomeros, de conocer si tienen siquiera la esperanza de saber, como dijo Patxi Andión, “si antes de morirse o matarse, podrán del hambre vengarse”. Porque para los oportunistas del valle, los pobretones de las montañas no cuentan, pero para usted, que supo que es la pobreza, deberían contar. En cuanto a mí, digo como el apóstol José Martí, “con los pobres de la tierra, quiero yo mi suerte echar…”.