Un nuevo informe publicado hoy por ONUSIDA contiene datos y casos prácticos que ponen de relieve que poner fin al sida antes del 2030 es una elección política y financiera, y que los países y líderes que ya están siguiendo este camino, están logrando resultados extraordinarios.
Según la organización, Botswana, Eswatini, Ruanda, la República Unida de Tanzania y Zimbabwe ya han alcanzado los objetivos “95-95-95”, y al menos otros 16 están cerca de hacerlo, lo que significa que el 95 % de las personas que viven con el VIH conoce su estado serológico y está recibiendo un tratamiento antirretroviral. Además, que el 95 % de las personas que están bajo tratamiento está consiguiendo la supresión del virus.
Agrega que tros 16 países, ocho de ellos en el África subsahariana, la región donde se concentra el 65 % de todas las personas que vive con el VIH, también está cerca de hacerlo.
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“El fin del sida nos brinda una ocasión para un legado excepcionalmente poderoso para los líderes actuales… las generaciones futuras podrían recordarlos como los que fueron capaces de poner fin a la pandemia más mortal del mundo. Podrían salvar millones de vidas y proteger la salud de todos. Podrían demostrar todo lo que un buen liderazgo es capaz de conseguir”, afirmó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSIDA.
Advirtió que la financiación para el VIH disminuyó en 2022, tanto la procedente de fuentes internacionales como la procedente de fuentes nacionales, y volvió al mismo nivel que en 2013. La financiación ascendió a 20,8 mil millones de dólares estadounidenses, muy por debajo de los 29,3 mil millones de dólares necesarios para 2025.
Destacó que se puede poner fin al sida mediante el aumento de la voluntad política invirtiendo en una respuesta al VIH sostenible mediante la financiación de lo que más importa: la prevención y el tratamiento del VIH basados en la evidencia, la integración de los sistemas sanitarios, las leyes no discriminatorias, la igualdad de género y las redes comunitarias capacitadas.